BOB MARLEY

Publicado el 7 de Febrero 2015

Robert Nesta Marley Nació en 1945 en St. Anns, Jamaica. Dos décadas más tarde ya le cantaba a la lucha del hombre, al dolor y a la redención.

El legendario músico jamaiquino estaría cumpliendo 70 años este 6 de febrero. Pero a pesar de su muerte, su legado musical sigue vigente.

Bob Marley, el cantante, murió el 11 de mayo de 1981. Ese mismo día nació Bob Marley, la leyenda.

Junto a su grupo, The Wailers, puso en el mapa del mundo el reggae, y pasó en pocos años, de un éxito absoluto en Jamaica a un éxito internacional total. En la actualidad, la banda The Wailers continúa tocando.

Canciones como Get up; No woman No cry; Natty Dread; Is this Love conform an la banda de sonidos de la vida de Marley y de miles de sue seguidores.

Su música sigue teniendo en la actualidad muchos seguidores, como es el caso de Onero Arika, este joven de una población humilde de Kenia. A su lado, en su casa, cuelga un afiche del ídolo internacional.

Marley incursionó en la música desde pequeño, luego de un azaroso viaje desde St. Anns hasta los suburbios más pobres de Kington. Allí respiró y absorbió el folclore jamaicano, el jazz, el soul y el calypso, un cóctel que resultaría explosivo.

Hoy en día su apellido se mantiene en la escena de reggae a través de sus descendientes. Acá vemos a Ziggy Marley (Aquí cuando era niño), hijo de Rita y Bob Marley, creador de su propio sello discográfico: “Ghetto Youth United”, con el que busca dar apoyo a los nuevos valores del género,

entre los que figura su hermano paterno Damian Marley.

Damian Marley es uno de los hijos menores de Bob Marley, y el único hijo entre Bob y Cindy Breakspeare, Miss Mundo de 1976. Tenía apenas dos años cuando su padre murió, y comenzó a tocar a los trece. Su trabajo musical lo ha hecho acreedor de tres premios Grammy.

Bob Marley murió del cáncer a los 36 años en el Hospital Cedars Siai de Miami. Hoy, más de tres décadas después, sigue siendo un músico de culto, pero su imagen también ha sido bastante comercializada. Tanto, que algunos temen que su mensaje de justicia para los oprimidos se pierda, lo que según sus allegados sería una tragedia.